Tenemos preparada una visita para los próximos fines de semana... El Museo Arqueológico Nacional. En esta ocasión, hemos pensado visitar las áreas de Egipto y Grecia que seguro que les encantan a los niños. Realizaremos una visita dinámica y participativa destinada a las familias en las que iremos descubriendo los misterios de estas antiguas civilizaciones.

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¿Qué cosas aprendimos en la visita?

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Nada más entrar en el museo, atravesamos una espectacular sala con una instalación formada por numerosas pantallas que mostraban la evolución histórica de nuestra especie y del propio Museo Arqueológico que, aunque no lo parezca, es muy antiguo. Fue  fundado en 1867 por la reina Isabel II, ya que hubo una gran moda europea de crear grandes museos que reunieran los tesoros del país.

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En primer lugar, nos dirigimos a la sala del Antiguo Egipto y aprendimos dónde estaba situado, cuándo surgió esta civilización y cuáles eran sus principales características. Pudimos ver un montón de objetos originales que mostraban cómo era la vida cotidiana de estas personas. Lo siguiente fue adentrarnos en la vida más allá de la muerte y descubrimos cómo era la religión egipcia y cómo se realizaba el Juicio de Osiris para comprobar si se había sido bueno en vida o no. Si el resultado era positivo, podías vivir eternamente pero si no... eras devorado por la diosa Ammyt, un ser con cabeza de cocodrilo, piernas de hipopótamo y melena, torso y brazos de león. Por último, descubrimos cómo los egipcios pasaban esa vida eterna convertidos en momias, sus cámaras funerarias, sarcófagos y el proceso de momificación.

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En segundo lugar, nos adentramos en la sala dedicada a la Antigua Grecia, una sala llena de cerámicas y esculturas griegas. Tras aprender cómo era la vida en esta civilización nos dimos cuenta de la cantidad de cosas que aprendimos gracias a ellos y que aún siguen en la actualidad (la democracia, los Juegos Olímpicos, la filosofía...).

A continuación, nos detuvimos delante de una hermosa escultura para descubrir cómo era el arte griego y en qué consistían esos cánones de belleza ideal. Pero no sólo eso, descubrimos que el personaje representado era uno de los héroes griegos más famosos, Hércules, conocido por su fuerza y valor. Así, narramos los Doce Trabajos de Hércules frente a unas cerámicas que lo ilustraban.

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Todo este viaje por la historia lo pudimos realizar ya que resolvimos diferentes pruebas y retos que se encontraban en nuestro cuaderno de visita. Por último, pudimos escribir nuestro nombre con el abecedario jeroglífico.

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Aquí os dejamos el cuadernillo de pruebas y pistas que utilizamos.

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